De la mística flamenca del siglo XIII, Hadewijch de Amberes, que escribió como nadie sobre el amor.
no debe estarlo el corazón noble.
Pero quien quiera afrontar los trabajos de Amor
de Él sólo tendrá que aprender
─dulzura y crueldad,
alegría y dolor─
lo que hay que probar en el servicio de Amor.
Las almas elevadas que en Amor crecieron,
capaces de amar en la insatisfacción,
deben ser siempre
fuertes y atrevidas,
dispuestas de continuo a aceptar
el consuelo o la aflicción
que Amor les reserve.
Los caminos del Amor son inauditos,
como bien sabe quien pretende seguirlos;
turban de repente al corazón resuelto,
el que ama no puede encontrar constancia.
Aquel a quien Amor
toca en el fondo del alma
conocerá muchas horas desoladas.
Tan pronto ardiente, tan pronto frío,
tan pronto tímido, tan pronto audaz;
muchos son los caprichos del Amor.
Pero a cada momento nos recuerda
nuestra inmensa deuda
con su elevado poder
que nos atrae y nos reclama para Él solo.
Tan pronto gracioso, tan pronto terrible,
próximo ahora, lejano después;
para quien le conoce y en él confía,
esto mismo es el gozo supremo.
¡Cómo Amor abraza y golpea a la vez!
Tan pronto humillado, tan pronto exaltado,
oculto ahora, revelado después;
para ser colmada por Amor un día
hay que correr riesgos y aventuras
hasta alcanzar
el punto en que se degusta
la pura esencia de Amor.
Tan pronto ligero, tan pronto pesado,
oscuro ahora, claro después;
en la dulce paz, en la asfixiante angustia
dando y recibiendo,
ésa es la vida de aquellos
que se pierden
en los caminos de Amor.
Poemas. Hadewijch de Amberes
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