martes, 16 de octubre de 2007

Saetas, breves decires, delirios al por menor. Serie Cuarta

Españolito que vienes / al mundo, te guarde Dios. / Una de las dos Españas / ha de helarte el corazón, dice Machado, a mí, más que helármelo me lo inflaman, exacerban sus pulsaciones, convulsionan mis tripas. Las dos me desesperan, me jeringan y… me entristecen por igual.


La vida es un proceso de autodestrucción vivido conscientemente por unos, ignorado para otros. Cuando uno conoce se destruye.


“… podrían convertirse en motores individuales de progreso social y económico”. Así ve la Ministra de Vivienda a los jóvenes que buscan emanciparse del nido paterno.


Joyce sobre el Ulises: “Puse tantos enigmas y rompecabezas que mi obra mantendrá ocupados a los profesores discutiendo por siglos lo que quise decir: es la única manera de asegurarse la propia inmortalidad”. La única no, ahí están: Homero, Platón, Cervantes, Baudelaire, Schopenhauer, Tolstoi, Nietzsche, Proust…


Puede que la Historia enseñe algo, pero la incapacidad de aprendizaje del hombre en este ámbito es tan palmaria que todo este conocimiento de siglos no vale de nada.


Pasar por la vida sin herir innecesariamente a los demás. Ésta es toda mi ética.

3 comentarios:

ami dijo...

Posiblemente es que las dos, si no hay más, sean la misma cosa. Al igual que el resto del mundo, un lugar del planeta tierra habitado por “humanos”, erial de todo aquello que nos debería distinguir como tales, básicamente el raciocinio. ¡Líbrenos el señor de los anillos de tremenda ausencia!,

Anónimo dijo...

El problema es que cada generación debe afrontar las mismas alevosas incertidumbres... lo que se aprende no se acumula y de nada sirven los libros. Cada ser que llega al mundo es el primero, con sus cegueras, sus hambres, su insaciable sed de ser amado.

Respecto a lo de las dos Españas, y sin ánimo de generar polémica, estoy de acuerdo con el fondo de lo que expresas, pero me parece un recurso fácil caer en la equidistancia ideológica, habida cuenta de que fue una de las Españas la que inición una guerra civil, derrocando a un gobierno legítimo. A mí esto no me deja indiferente, por muchas reflexiones intelectuales que me lleven a la indiferencia. Soy consciente de los fallos históricos de la izquierda, que algún día ésta tendrá que afrontar y depurar, pero en el caso de las dos Españas, no me cabe ninguna duda del bando al que afiliar mis exasperaciones.

Un saludo

F. dijo...

Si te soy sincero, a mí tampoco me dejan indiferente estas cuestiones, de ahí el aforismo. Machado lo escribió en una coyuntura histórica determinada que no se puede extrapolar al contexto actual, pese a ciertas concomitancias. Con este breve texto quería mostrar mi indignación, pero sobre todo mi tristeza, ante ciertas situaciones socio-políticas actuales que no llego a comprender del todo. Creo que en esta desdichada tierra nunca podremos vivir fraternalmente, sin tiranteces absurdas ni pleitos caducos, unos con otros. A mí me gusta considerarme perteneciente a esa tercera España de la que hablan algunos autores, gente que quiere vivir en su país en paz y que desde hace siglos, con una tenacidad digna de encomio, se ve atrapada en las míseras trifulcas entre los hunos y los hotros.

Gracias por tu comentario que me permite dejar bien claro que sin la más mínima duda mis sentimientos, mis convicciones y mis simpatías son de color morado.