miércoles, 20 de febrero de 2008

Clown (Fragmento)

Dedicado a J.C.

Clown

Un día.

Un día, quizá muy pronto.

Un día arrancaré el ancla que tiene sujeto a mi navío lejos de los mares.

Con esa rabia que hace falta para ser nadie y menos que nadie, abandonaré lo que parecía que me era indisolublemente próximo.

Lo cercenaré, lo derribaré, lo quebraré, lo echaré a rodar.

De golpe vomitaré mi pudor miserable, mis miserables tejemanejes y argucias de “hilo en la aguja”.

Vacío el absceso de ser alguien, beberé de nuevo el espacio dador de vida.

A fuerza de actos ridículos, degradantes (¿qué es la degradación?), por estallido, por vacío, por una total disipación-irrisión-purgación, expulsaré de mí la forma que se creía tan unida, acordada, coordinada, a tono con lo que me rodea y con mis semejantes ―tan dignos, dignísimos, mis semejantes.

Reducido a una humildad de catástrofe, a una nivelación perfecta como después de un pánico intenso.

Abajo, más abajo, devuelto a mi rango real, al rango ínfimo que yo no sé qué idea-ambición me había hecho descartar.

Nulo por la altura, nulo por la estimación.

Perdido en un rincón lejano (o ni eso siquiera), sin nombre, sin identidad.

[…]

Henri Michaux.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Magnífico fragmento de uno de mis autores predilectos. Además es curioso, porque hace poco aludía a un escrito de Chantal Maillard, también de origen belga, que tiene en Michaux una de sus influencias más reconocibles (la otra sería Beckett). Todo se toca, por eso ésta es la realidad invisible.
Muy recomendable el libro "Escritos sobre pintura", donde Maillard reúne, traduce y prologa todos los escritos que Michaux dedicó a este arte. saludos. Tanto los textos como el estudio introductorio son una maravilla.